¡Feliz y maravilloso 2021!

miércoles, 21 de octubre de 2020

Se ha ido

                                                          


Para comenzar la lectura da play al vídeo.



Mi hermana me estaba mandando mensajes extraños; nunca hemos sido el tipo de hermanas  que se  dicen lo mucho que se quieren o lo unidas que son, éramos más del tipo que solo se hablaban cuando la soledad llegaba a sus vidas, un vacío lo suficientemente pequeño para poder llenar con una plática y vino.

-Tenemos que estar más juntas que nunca-

Un mensaje que me agarraba de sorpresa, la gran mordida que le había dado a mi comida me había sabido insípida después de leer ese mensaje, fueron segundos que se demoraban en pasar. Camino a la oficina, seguía pensando en aquel mensaje, sin saber bien por qué. Me había tornado algo distraída, pues al pasar la calle un taxi me paso pitando, ya que no me había percatado que el semáforo estaba en verde, Ed y Kevin me tomaron del brazo y me miraron con extrañeza, pero sin decir nada.

Tal pareciera que aquel sentimiento de intranquilidad que me tenía controlada, se quería manifestar también físicamente: manos húmedas de sudor, un cosquilleo que iba desde mi estómago hasta mis labios, un nudo en la garganta que daba la sensación de quebrarme tan solo abriera la boca, mis piernas livianas sin sentir el impacto cuando mis pies tocaban la acera, era un sentimiento de lo más raro, sentía que estaba ahí, pero no lo estaba; algo no estaba bien. Casi al llegar a la parada del camión, entró una llamada al celular de Ed, al atenderlo su cuerpo se paró en seco haciendo se quedara unos pasos atrás de nosotros.

-¿Cómo?-  Dijo temeroso.

El tono y la forma en que lo había dicho fueron lo suficiente notorios para que Kevin y yo cruzáramos miradas asustados por la noticia que se informaba en aquella llamada. Hubo un largo silencio, no se dijo nada, no con palabras. Los ojos de Ed cruzaron con los míos, no existía nada más, mi vista se enfocó en solo esos desagradables ojos, que si de un tamaño ya grande no gozaran se expandieron más, había una severidad detrás, pero a la vez se le percataba aterrado. Sus pupilas se expandieron y se enfocan en mí, solo en mí.
-Sí señora, ahora la llevo para allá- Al fin interrumpió el silencio. Colgó y de su cara salió la más tenebrosa sonrisa de consuelo que he visto. Se abalanzó sobre mí para darme un abrazo,pero antes de llegar yo ya me había derrumbado en llanto. Los no salían de mi boca como balas,uno tras otro, aun sin decirme yo ya lo sabía.  Me tomó en sus brazos de la manera más sincera y fuerte de lo que había hecho hace tiempo ,desde que me pidió fuera su novia, ya hacía mucho de eso, me beso la frente, dirigió sus entonces fríos labios hacia mi oído.


Todo el proceso que viví después ha sido el más doloroso que tuve que enfrentar en mi vida, que como toda caída en esta vida me hizo más fuerte. Cambió mi perspectiva sobre el tiempo, la vida y la muerte misma, dejando de tenerle miedo, viviendo mi vida en espera de esa vieja amiga. El sentimiento más extraño que he sentido, es el haber  presentido su  muerte, mi cuerpo me lo decía a gritos. Me ha hecho plantearme ¿Nosotros sabemos cuando moriremos? O ¿Nuestros seres queridos presienten que nosotros hemos ascendido al otro plano aun sin saber que hemos muerto aun ?, ese día sentí como si una parte de mi se hubiera ido para jamás regresar, tal vez papá era mi alma gemela y un pedazo de mi murió ese día, pues eramos tan afines que decidí irme con el a medias con el alma, así lo he sentido desde que se fue y después de justo hoy que se cumplen 2 años de su muerte no me he vuelto a sentir viva, pero curiosamente jamas sentí que disfrutara tanto estarlo. 
Las etapas del duelo son difíciles, cada uno tiene su tiempo, puedo decir que después de años apenas he estado reponiéndome de la tormenta de sentimientos que vinieron después de su despedida. Pero del proceso es algo de lo que hablaré en otra ocasión. La parte menos difícil es cuando te avisan, lo difícil viene después, horas, días, meses, años después. Si ya has pasado por esto sabrás a qué me refiero y si nunca lo haz vivido espero tardes mucho en comprenderlo. 

-Murió- susurraba una voz dentro de mi cabeza, una voz que jamás había estado ahí. 

-Murió-dijo mi estómago, mientras se revolvía de una manera agresiva.

-Murió- pensaban mis ojos, que inevitablemente comenzaban a nublarse, haciendo ver todo como un nublado sueño.


-Acaba de fallecer tu papá- sus labios pasaron a rozar mi hombro. 

-No murió- dijo mi corazón, la cual hacía decir de mi boca una constante negación, le estaba haciendo decir puras mentiras. Mentiría si les dijera que recuerdo con exactitud los minutos posteriores a la noticia. Pero algo había pasado, algo más grande que la muerte, fue el inicio para dejar de sentir que mi vida era realidad.

La muerte te cambia y no se confundan, no para mal, te enseña cosas que solo este fenómeno natural puede hacer, veamos la muerte con cariño y respeto, amando cada día  a nuestros seres queridos como si fuera el ultimo, como si ese día te fueran a avisar que se ha ido para siempre. Les dejaré una infografía sobre los procesos del duelo, inevitablemente todos pasamos por él, pero no te presiones, todos tienen su ritmo para enfrentarlo. 

Una tarde de octubre te fuiste para no regresar, con tu periódico en mano te desplomaste sin más, no sufriste nada, eso dijeron, pues un infarto solo tarda un segundo, no es necesario te escriba, pues yo se estas conmigo, pero dedicarte unas palabras en tu día de descenso es mi forma de guardarte respeto. Amor por siempre. 

Para mi querido poeta que ahora declama a los dioses eternos.





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